domingo, 14 de abril de 2013

Los Vinos Viajeros


Desde que el Vino es Vino ha comenzado a viajar. Los fenicios, mil años antes de Cristo,  fundaron varias estanciones de  avituallamiento en la cuenca del Mediterráneo. Se destacan Cádiz y Xera, que proveían a sus naves de vinos de calidad, dando origen a los primeros vinos de Jerez.

Los Griegos no se quedaron atrás e instalararon su mayor centro de producción y exportación en la isla de Chios (Xios), con tanto éxito que se conoce como la " Burdeos" de la antiguedad. Esta errancia le han heredado famosos caldos que han llegado hasta nuestro dias. Uno de ellos es el Oporto, que nació por las guerras eternas guerras entre Francia e Inglaterra, Carlos II de Inglaterra, harto de los boicots galos, buscó nuevos mercados y uno de lo más cercanos y apetecidos eran en Portugal.

Se pensaria que estos vinos, sometidos a calores inclementes al atravesar mares como el Indico o el Caribe, se estropearían rápidamente, pero, para sorpresa de todos, solo mejoraban, creando los vinos de estufagen o calentamiento. Esta singularidad hace que estos vinos mejoren con el inexorable paso de las millas y los siglos.

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